Detectan presencia de glifosato en la orina

En el 20 por ciento de las muestras de orina tomadas en Saladillo se encontraron rastros de AMPA y glifosato, agroquímico de alta toxicidad

En el marco del proyecto PIS (Plaguicidas Introducidos Silenciosamente), el grupo Ecos comprobó científicamente que en el 20 por ciento de las muestras de orina tomadas en Saladillo se encontraron rastros de AMPA y glifosato, agroquímico de alta toxicidad.

El estudio, gestionado y financiado por Democracia en Red, fue coordinado entre cinco localidades: Lobos, Mar Chiquita, La Matanza, Capital Federal y Saladillo.

El financiamiento de la ong permitió costear los análisis de orina, la logística y la tarea científica desarrollada por la investigadora del Conicet, Delia Aissa, que trabaja desde hace muchos años en estudios de genotoxicidad y las consecuencias que generan los agrotóxicos en la salud.

“Ella nos indicó los protocolos y las formas de hacer los análisis”, explicó María Zeoli, integrante de Ecos.

En Saladillo se tomaron 36 muestras a personas de entre 20 y 70 años de las zonas de Cazón, Del Carril y planta urbana de la ciudad cabecera que se presentaron voluntariamente.

Una vez extraídas, tuvieron cadena de custodia hasta llegar al laboratorio Fares Taie de la ciudad de Mar de Plata, que cuenta con un espectrómetro de masas que permite detectar la presencia de agrotóxicos.

El resultado arrojó que en el 20 por ciento de la población analizada se hallaron residuos de esas características.

Lo que más apareció fue glifosato y AMPA, que es una molécula que se genera en el proceso de degradación del producto en cuestión.

“Eso significa que ingresaron en el cuerpo y de alguna manera los eliminaron a través de la orina o la materia fecal. Eso ocurrió en el 20 por ciento de los casos. En el 80 por ciento restante, muy probablemente el cuerpo acumula esos residuos en la sangre o en alguna otra parte y no los expulsa”, manifestó.

Lo más probable es que ingresen por vía aérea, exposición directa o por la ingesta de agua o alimentos que fueron fumigados.

“Esto es un tema muy grave y delicado y demuestra que no tiene sentido seguir perdiendo el tiempo en discusiones que no tienen ningún sentido, como las llamadas buenas prácticas agrícolas”, manifestaron el ingeniero Gabriel Arisnabarreta y el profesor Víctor Furci, ambos de Ecos.