Muestras de dolor y de recuerdo se vieron esta tarde en el Palacio Municipal de Saladillo donde fueron velados los restos del genio del helicóptero, Augusto Ulderico Cicaré “Pirincho”, quien falleció en las últimas horas de ayer martes en el Hospital Posadas a los 84 años de edad.

La capilla ardiente se instaló en el hall central del edificio municipal desde las 12:30, y ante el féretro pasaron su esposa e hijos, familiares, amigos, allegados, trabajadores de la empresa Cicaré Helicópteros, autoridades municipales encabezadas por el intendente interino Alejandro Armendáriz, concejales, referentes políticos, y representantes de instituciones locales.

La capilla ardiente se instaló en el hall central del Palacio Municipal.

A las 16:00 fue leído el decreto de honores mediante el cual el Municipio adhirió al duelo popular por el fallecimiento de “Pirincho”, destacando sus dones de buena persona, de hombre de trabajo y soñador incansable, como así también los logros de toda su vida, desde su niñez hasta sus últimos logros junto a su familia y empleados.

Entre ellos se destacó el hecho de que, por sus logros, Saladillo fue declarada capital provincial del helicóptero argentino y que su nombre está asociado a la creación e innovación en la aeronáutica en todo el mundo, como un referente indiscutido de la materia.

Tras la lectura del decreto, hubo discursos de despedida a cargo del presidente del HCD Ignacio Bustingorri, del señor Miguel Sosa quien trabajó muchos años al lado de Cicaré en su fábrica, de los ex intendentes Francisco Ferro y Carlos Gorosito, y del intendente interino Alejandro Armendáriz. Todos remarcaron por sobre sus logros y su trayectoria como empresario, la faceta de soñador y de excelente y humilde persona que demostró Cicaré durante toda su vida. Un largo, contundente y emotivo aplauso marcó la despedida del pueblo saladillense para el gran genio.

Posteriormente, y tras un momento de intimidad para que la familia pudiera despedirse, el féretro con los restos mortales de “Pirincho” fueron trasladados a la iglesia Nuestra Señora de la Asunción donde se celebró una misa de cuerpo presente a la que acudió un importante número de personas. Finalmente, el cortejo fúnebre se dirigió al cementerio municipal donde fueron inhumados los restos de quien en vida fue el gran genio del helicóptero y orgullo de todos los saladillenses que ahora pasa a la inmortalidad.