Vilma Lucero, un alma noble que nadie olvidará

Sencillez, humildad, solidaridad, predisposición a ayudar al prójimo, fe. Vilma Lucero, fallecida los 61 años, era todo eso y mucho más

Sencillez, humildad, solidaridad, predisposición a ayudar al prójimo, fe. Vilma Lucero, fallecida los 61 años, era todo eso y mucho más.

Su voz pausada pero con conceptos claros quedarán en la memoria de tantos veinticinqueños que la conocieron en sus diferentes roles: fue estudiante de la Escuela Normal, egresando en 1977, y luego una docente muy capacitada y aplicada, con tanto amor por enseñar que más allá de su trabajo, dedicaba horas a sembrar cultura, entre otras cosas leyéndole a niños y adolescentes en la Biblioteca Francisco Ibarra.

Era una constante innovadora si se trataba de buscar herramientas para educar. Así, por ejemplo, creó junto a otro grupo de docentes las “Bibliotecas Rurales” y una página semanal en La Mañana, y lo propio hizo para transmitir noticias de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario.

Fue una representante de la Iglesia Católica y daba testimonio de su fe, más allá de profesarla y contagiarla, siendo una activa colaboradora de la Parroquia en cada actividad que emprendía. Y por si fuera poco, fue una excelente madre y una abuela orgullosa y presente.

25 de Mayo ha perdido a una vecina que, como afirman muchos de quienes la conocieron, irradiaba armonía y paz. Se fue demasiado joven.

Seguramente, el Dios que la guiaba la convocó porque la necesitaba en el cielo. Quizá desde ahora, cada gota de lluvia nos traiga un poco de la bondad que caracterizó a Vilma.