Vicentín: del camino del fraude al de la soberanía

Por Carlos Pérez Cavalli Abogado y concejal del Frente de Todos

Pocas cosas quedaron tan claras en esta crisis provocada por la Pandemia como que, cuando todo se cae, el que te salva es el Estado, no el Mercado.

Sin embargo, cuando el Presidente de la Nación anunció el rescate de la empresa Vicentín, la reacción opositora fue tan rápida como previsible: memes en las redes caricaturizando a Alberto como Mao Tse Tung, coristas del macrismo residual cantando la rumba del rumbo a Venezuela y la liga de denunciadores seriales acusando al presidente por “abuso de autoridad”.

Vayamos por partes:

  1. La expropiación está consagrada en la Constitución Nacional, no en el Manifiesto Comunista.
  2. Una expropiación no se hace a cambio de nada. Se determina un precio conforme a reglas preestablecidas por Ley y se paga.
  3. Vicentín va a ser una empresa mixta, con 51% de participación estatal y 49% privada, tal como es el cobre chileno o el petróleo Noruego.
  4. El rescate se hace a una empresa en proceso de quiebra, no a una empresa floreciente.
  5. Vicentín está en concurso de acreedores y el principal acreedor es el Estado.
  6. El Estado es el principal acreedor porque el Banco Nación durante la gestión macrista otorgó un festival de créditos.
  7. Esos créditos se otorgaron violentando las normas del Banco Central, ya que se superaban los límites permitidos.
  8. Casi la tercera parte de los créditos se otorgaron sin el aval del Directorio del Banco y cuando la empresa ya estaba en cesación de pagos.
  9. Dado que Vicentín y sus dueños fueron los principales aportantes para la campaña presidencial de Macri en 2019, la Justicia está investigando si esos créditos no fueron ni más ni menos que la forma lavada de auto financiarse electoralmente.
  10. Una semana después de que la empresa cobró su último crédito, se presentó en Concurso de Acreedores.
  11. Ese concurso, en consecuencia, es sospechado de fraudulento
  12. De permitirse que Vicentín continúe adelante con esa convocatoria fraudulenta, el Estado y los acreedores privados cobrarían el 20% de la deuda, tal como fue la propuesta inicial de Vicentín.
  13. Si se paga el 20% de la deuda, muchos productores agropecuarios no sobrevivirían y muchos trabajadores quedarían desocupados.
  14. El que esté preocupado por el dinero que el Estado deberá pagar por la expropiación, tiene que saber se le descontará lo que Vicentín le debe al Banco Nación, a Bancos Provinciales y a la AFIP

Pero lo más importante no es nada de eso, sino que es una decisión clave en términos de política de Estado. Vicentín es una empresa líder en el mercado de granos que servirá como empresa testigo en materia de alimentos como YPF lo es en materia de petróleo.

Una empresa testigo de estas características servirá -entre otras cosas- para 2 cuestiones centrales: la regulación en los precios de los alimentos y el ingreso de dólares al país producto de la liquidación de divisas.

Después de entender esto, que la cuenten como quieran.