El Gobierno nacional dispuso un nuevo aumento en las facturas de gas y electricidad para comercios, industrias y hogares que, a diferencia de las subas anteriores, será destinado completamente a reducir el gasto en subsidios.
La Secretaría de Energía además acotó el consumo máximo subsidiado que tendrán los hogares de ingresos bajos y medios, mientras continúa con la eliminación de la ayuda del Estado a las familias de ingresos o patrimonios altos. Eso se traducirá con efectos retroactivos al 1 de junio en un aumento que supera el 156% y que en algunos casos, incluso, será por encima del 200%.
En todos los casos, además, las alzas son acumulativas en relación a las tarifas que ya se pagaban previamente. Tanto en la luz como en el gas, hubo ajustes de entre 300% a 400%, principalmente para los hogares de mayores ingresos.
A través de cuatro resoluciones publicadas este miércoles en el Boletín Oficial, Energía simplificó el esquema tarifario de gas y electricidad que regía para los tres niveles de hogares segmentados –altos (N1), bajos (N2) y medios ingresos (N3)–. Además, distribuyó el costo del recorte de subsidios entre todos los usuarios, a diferencia de lo que había hecho en los meses previos, cuando dejó sin modificaciones los aumentos para los usuarios residenciales de ingresos bajos y medios.
Según detalló la Secretaría de Energía, el valor promedio de las facturas finales de gas para un usuario N1 con un consumo promedio de 149 m3 por mes pasará de $25.756 a $28.142 (9%); para un N2, con un consumo promedio de 159 m3, pasará de $15.638 a $20.797 (33%), y para un N3, con un consumo promedio de 171 m3, pasará de $24.465 a $26.865 (10%).
En lo que se refiere a electricidad, si se consideran consumos promedio residenciales de 260 kWh por mes, el valor promedio de las facturas finales para un N1 pasará de $24.710 a $30.355 (23%); para N2, de $6295 a $12.545 (100%), y para N3, de $6585 a $16.850 (156%).
En lo que respecta al gas, se dispuso que los usuarios pagarán un precio promedio de US$3,29 el millón de BTU. Hasta mayo, los comercios, industrias y usuarios de altos ingresos pagaban US$2,94.
Para los usuarios de ingresos bajos (N2) y medios (N3), que estaban pagando US$0,78 y US$1,16, respectivamente, el nuevo precio de referencia también será US$3,29, aunque estará bonificado hasta un cierto tope de consumo. Los N2 pagarán el 36% del valor de referencia y los N3, el 45%; es decir, US$1,18 y US$1,81. Esto equivale a una bonificación de 64% y de 55%, respectivamente.
Como las tarifas de transporte y distribución se mantienen inalteradas, el impacto del incremento rondará el 6% para todos los usuarios, que se acumula al más de 400% aplicado en abril.
Cabe recordar que los usuarios que se anotaron en el Registro de Acceso a los subsidios a la Energía (RASE) para pedir el subsidio no necesitan volver inscribirse. Quienes no lo hayan realizado, aunque perciban asistencia, en un plazo de 60 días quedarán excluidos.
Es importante entender que los fuertes aumentos del primer cuatrimestre, en torno al 350%, se dieron en dos componentes de la factura: el transporte de la energía y la distribución.