Este miércoles, familiares, amigos y vecinos de Roberto Sabo, el kiosquero asesinado en Ramos Mejía, le dieron el último adiós en la cochería Pache. El ataúd, envuelto en una bandera de River Plate, club del que Sabo era fanático, fue despedido en medio de una ovación. Desde allí, los restos del comerciante fueron trasladados al cementerio municipal de Morón, donde se los inhumó en un nicho.
Los presentes en la cochería despidieron el cuerpo del kiosquero minutos antes de las 9. Estaban, además del grupo de amigos y vecinos, los hijos de Sabo, su padre y su esposa.
“Te queremos Roberto, ¡vamos a hacer justicia por vos!”, gritaba la multitud cuando partió el vehículo fúnebre, que fue acompañado por decenas de autos con amigos, familiares y vecinos.
La ovación se repitió luego de que el ataúd fue retirado del auto, también por sus hijos, su padre y su pareja. Más de 50 personas siguieron el ataúd al primer piso del cementerio, donde fue depositado en un nicho.
“Lo recuerdan con cariño”
El velatorio había comenzado ayer poco antes de las 17. Pedro Sabo, el padre del kiosquero asesinado, dijo más tarde en la puerta de la cochería que a su hijo “la gente en este momento lo está recordando con cariño, siempre lo tienen presente”. “Dicen que van a poner un santuario frente al quiosco y no estaría mal porque hace cuarenta años que estamos en la cuadra”, expresó el hombre.
Pedro también contó que estuvo reunido con el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, a quien le pidió “que pongan seguridad en el quiosco”.
El local de Sabo, a tres cuadras de la Comisaría 2ª de Ramos Mejía, fue convertido en un santuario, con su persiana baja decorada por carteles y ofrendas de flores.
En 2020, según datos de la Procuración, La Matanza registró 140 homicidios dolosos cometidos y más de 20 mil robos, así como 10 mil hurtos. (DIB) MM
