Como todos los años para esta fecha, Saladillo homenajeó a las víctimas del terrorismo de Estado, tras el golpe cívico militar del 24 de marzo de 1976.
A 48 años de instaurarse la dictadura más sangrienta de nuestra historia, que se prolongó hasta 1983, representantes de fuerzas políticas, integrantes de organizaciones sociales y sindicales, miembros de la comunidad educativa y vecinos se dieron cita en el Paseo de la Memoria para compartir el acto en conmemoración de las 30 mil personas torturadas y desaparecidas durante el régimen que encabezó la Junta Militar.
Las actividades por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia comenzaron el sábado con la vigilia y continuaron este domingo en el monumento ubicado en el predio de la estación, donde también estuvo presente la Biblioteca Mitre, a través del historiador Marcelo Pereyra, exponiendo libros de autores que fueron perseguidos y prohibidos por la dictadura.
Además de autoridades, funcionarios, concejales y vecinos, participaron delegaciones escolares de los cuatro niveles educativos: Inicial, Primario, Secundario y Superior.
La joven Agustina Peluffo interpretó las estrofas del Himno Nacional y a continuación familiares de desaparecidos depositaron flores a los pies del monumento que los recuerda.
Hasta hace pocos años, se creía que Horacio Pedraza era el único desaparecido de esta ciudad, pero gracias a una investigación llevada a cabo en la ex ESMA por integrantes del Colectivo por Memoria, Verdad y Justicia de Saladillo se comprobó que son muchos más.
Se trata de Noemí Esther Giannetti Godoy de Molfino, Osvaldo Roberto Rodríguez Duarte, Roque Miguel Núñez Dortona, María del Carmen Núñez Dortona de Lizaso, Horacio Vital Pedraza García Guerra y Ernesto Rivera.
También figuran las víctimas de terrorismo de Estado hijos de saladillenses o vinculadas a Saladillo: Haydeé Noemí Zagaglia Freddi, Luis Ángel Dadone Hansen, Roberto René Fueyo Pedraza, Luis Daniel García Ganchegui, Antonio Enrique Piovoso Mengarelli, Marcela Molfino Giannetti de Amarilla, Néstor Valentín Furrer y Lucía Julia Perriére de Furrer. Son nombres que, durante 40 años, fueron silenciados, ocultados y desconocidos.
Otras personas que también fueron detenidas y sufrieron torturas y persecución política en esos años fueron: Javier Quinterno, Julio Fernando Volonté, Juan Rogelio López, Eduardo Elpidio Galíndez, Roque Núñez, José Verón, María Asunción de Iraola, Víctor Di Gruccio y Jorge Cura.
También figuran cuatro trabajadores de la Cooperativa Eléctrica de Saladillo e integrantes del Sindicato de Luz y Fuerza: Julio Eleodoro Orviz, Pedro Uturralth, Orlando Dortona y Alfredo Montes Savietto.
El acto continuó con reflexiones leídas por integrantes de los Centros de Estudiantes de la Escuela Técnica y la Escuela Secundaria 2 (ex Colegio Nacional).
También se dirigió a los presentes el concejal de Unión por la Patria, Diego Yanson, quien contó una experiencia personal de su padre cuando militaba en el peronismo y, tras el golpe de Estado, fue perseguido por los represores. Incluso, muchos de sus compañeros de Temperley fueron desaparecidos y sus restos aparecieron muchos años después en un predio donde se construyó un hipermercado.
Yanson lamentó que los tiempos que estamos viviendo hoy desde el punto de vista económico son muy parecidos a los de la época de la dictadura y cuestionó al Gobierno del presidente Javier Milei por llevar adelante una política brutal de ajuste contra los trabajadores y los jubilados.
En su mensaje, les pidió a los dirigentes radicales de Saladillo que “no se mantengan al margen” de lo que está sucediendo y “se la jueguen”.
El edil Fernando Arrospide, titular del bloque de la UCR/Juntos, recordó a las víctimas del terrorismo de Estado e hizo un llamado a fortalecer la democracia y sus instituciones.
Finalmente, habló el intendente José Luis Salomón y convocó a todos a trabajar de manera mancomunada por un país mejor, dejando de lado la intolerancia y las posturas hostiles que nos llevan a la desunión.
El acto finalizó con una excelente puesta coreográfica vinculada a la fecha, a cargo de bailarinas del Estudio de Danzas Nativas que dirige el profesor Hernán Calcaterra, y dos canciones interpretadas por las jóvenes Belén Cieza y Agustina Peluffo.