Una situación sumamente lamentable vivió en estos días el Centro de Terapia Integral para el Discapacitado Mental (Cetidim) de Saladillo, tras comprobar que alguien robó canastos del programa Comboplast y no es la primera vez que sucede.
Cuando miembros de la institución pasaron a recoger las botellas plásticas y las latas de aluminio que la gente deposita en los recipientes distribuidos en distintos puntos de la planta urbana, observaron que algunos ya no estaban. Alguien se los había llevado.
“Fue una muy triste noticia y una gran impotencia”, manifestaron desde la entidad que asiste a personas con discapacidad en sus tres servicios: centro de día, taller protegido y hogar.
Cabe indicar que las botellas y las latas que Cetidim recolecta, son compactadas y luego vendidas para el posterior reciclado. Es un proyecto que apunta a dos fines fundamentales: ecológico y económico. Además de contribuir con el medio ambiente, los operarios del taller protegido obtienen necesarios recursos. “No nos robaron solamente los canastos, que no es poco. Nos robaron la alegría, que es peor”, repudiaron.
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