Fue esposa, madre, modista y activa partícipe de instituciones intermedias, pero fundamentalmente de su querido Club Sportivo. Por esa institución comenzó colaborar con la realización de los motivos para los corsos populares que desarrollaban en las calles céntricas de la ciudad.
Y con los años se transformó en un ícono del carnaval veinticinqueño, primero por su distinguido ojo para transformar a jóvenes en reinas, luego ya incluso por muchas temporadas ayudando a coordinar recepciones y elecciones de las soberanas locales y provinciales.
En los últimos años, además, colaboró con la comparsa “Burucuyá” del Centro Educativo Complementario, y con todo trabajador para el carnaval que requería un consejo sabio.
Se llamaba Delia Noemí Varela, pero todos le conocieron como “Negra” Serna, apellido de su esposo. Tuvo dos hijos, Patricia y Mario, hace años internado en Buenos Aires por un problema de salud y a quien visitaba periódicamente hasta que su físico se lo permitió.
Ese dolor permanente lo combatía disfrutando de nietos y bisnietos, y del cariño permanente de la comunidad.
Tenía 88 años. No lo parecía. Irradiaba alegría y energía. Sus restos serán inhumados este viernes a las 16 en el cementerio municipal, previo oficio religioso en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario.
