Un colectivo de referentes de la cultura, la política y la comunicación, entre otras actividades, ligados al kirchnerismo, emitió un documento titulado “Moderación o pueblo” con críticas al Gobierno de Alberto Fernández en el que destacó que “la unidad no se mantiene porque se la nombre, se mantiene si continúan activas las políticas que le dieron origen”.
Tras dar la “bienvenida” al debate, sostuvieron: “¿Queremos la unidad? Por supuesto que sí. Unidad como concepto estratégico. Para que sea posible, es necesario dotarla de sentido; dejar que aparezca lo que ha estado y sigue estando por fuera de ella: las políticas que le dieron origen; la memoria histórica que la habilita”.
El escrito llegó como respuesta al comunicado que la que la semana pasada dieron a conocer desde un sector que responde al Presidente -”La unidad del campo popular en tiempos difíciles”- y en el marco de las tensiones internas que el Frente de Todos viene atravesando, mucho más después del debate que se dio en el Congreso en relación a la renegociación de la deuda con el FMI.
La carta advierte que cuando “el mismo gobierno genera las expectativas y la defraudación de las expectativas, es el instante cruel donde la moderación se transforma en impotencia”.
Algunos de los firmantes fueron: Teresa Parodi, Eduardo Basualdo, Liliana Herrero, Roberto Salvarezza, Adrián Paenza, Cynthia García, Alberto Kornblihtt, Rita Cortese, Victoria Onetto, Carlos Rozanski, “Dady” Brieva, Artemio López, Daniel Tognetti, Roberto Caballero, “Mempo” Giardinelli, Andrea Varela, Marcelo Figueras, Araceli Bellota, Rubén Dri, María Pía López, Alejandro Kaufman, María Sondereguer, Sandra Russo y María Seoane.
“Bienvenido el intercambio de ideas y la explicitación de los posicionamientos y matices sobre cómo avanzar en la construcción del programa político, económico, cultural, social y latinoamericano. El debate público es una fortaleza de todo proyecto político nacional y popular. Nunca es una debilidad”, expresaron en uno de los primeros párrafos, a modo introductorio. Y sostuvieron que “la unidad no se mantiene porque se la nombre”, sino que “se mantiene si continúan activas las políticas que le dieron origen”, en alusión al reiterado pedido de “unidad” de parte del albertismo.
“La política gubernamental ha llegado a su punto más trágico: la preparación de escenarios de anuncios donde no se realizan anuncios. Es la práctica fallida de anticipar políticas que no se concretan: el mismo gobierno genera las expectativas y la defraudación de las expectativas. Es el instante cruel donde la moderación se transforma en impotencia”, indicaron.
“Deciden bajarle la intensidad a la política y, como efecto no deseado, suprimen a la política. Proponen ir despacio pero terminan inmóviles. Pretenden hablar suave pero se vuelven inaudibles. Todo lo que se presenta moderado termina siendo débil y sin capacidad transformadora. Es necesario recordarlo: los gobiernos no se evalúan por sus intenciones, sino por sus eficacias”, aseguraron posteriormente en uno de los fragmentos más duros de la carta, luego de que el Presidente anunciara que el viernes pasado comenzaba “la guerra contra la inflación”.
Asimismo, apuntaron: “Cuando se pretende hablarle a todos, se termina hablándole a nadie. Cuando se pretende no pelearse con nadie, se termina peleado con todos. Si no se está dispuesto a representar en forma primaria a la base política, se termina representando a nadie. El conflicto existe: no asumirlo, lejos de ampliar la sustentación, diluye a los que no lo protagonizan en la nada política”.
“El problema de la unidad se resuelve reponiendo el origen y el sujeto destinatario de la unidad. No se soluciona con una apelación a la reducción de la intensidad (es decir, a la moderación). El problema más importante no es de velocidad ni de magnitud: es de orientación de las políticas”, sentenciaron en la misma dirección, remarcando la diferencia, según su visión, entre “moderación” y “unidad”.
La carta de los intelectuales K respondió así a la solicitud de quienes respaldan la gestión de Alberto Fernández, quienes llamaron a aplacar los cruces internos y a mantener la unidad. De hecho, ayer el canciller Santiago Cafiero admitió que “ignorar que el Frente de Todos hoy atraviesa un momento político crítico sería necio”, tres días después de que la portavoz Gabriela Cerrutti confiara que Cristina Kirchner no le respondía los mensajes al Presidente.
En el mismo tono, los referentes académicos y culturales kirchneristas aseguraron: “Insistimos, en las dimensiones de representación electoral y social, la ‘Unidad’ del Frente de Todos ya se rompió en noviembre de 2021 cuando más de cuatro millones de electores que lo acompañaron en el año 2019, ya no lo hicieron en las elecciones de medio mandato. Reconstruirla es el objetivo”.
“Cuando en el año 2019 la compañera Cristina ideó y convocó a la construcción de un Frente de Todos como herramienta electoral para derrotar al más crudo neoliberalismo, se dirigió a todas las fuerzas del campo nacional-popular. La razón de ser de ese Frente de Todos no era, claramente, sólo derrotar al Macrismo sino reponer e incrementar las políticas de derechos e inclusión de los 12 años de gobiernos nacional-populares movilizando al pueblo y nunca moderando sus demandas o ‘mandando desensillar hasta que aclare’”, continuaron.
Ya sobre el final, volvieron a cargar contra quienes pidieron “moderación”: “Si en verdad se percibiera un impasse, como pareciera que el documento ‘La unidad del campo popular en tiempos difíciles’ sugiere, sería pues un acto irresponsable, casi al borde de lesa Patria, dejarle un campo orgánico al fascismo al apostar por la moderación política. No es que, porque el fascismo amenaza, hay que poner paños fríos en la frente del Pueblo, sino a la inversa: un Pueblo desmotivado es la ocasión para que el fascismo crezca”.
“La discusión, desde nuestro punto de vista, es sobre la orientación de las políticas públicas que deben expresar la unidad de las fuerzas que integran el Frente de Todos. Como dijo alguien en estos días: ‘Las diferencias que tenemos entre quienes debatimos cuál es la mejor manera de resolver este problema son infinitamente menores de las diferencias con quienes generaron este problema’. Se sale con más política y no con más encierro. Se sale compartiendo con el pueblo el conocimiento de las dificultades, enfrentándolas y no eludiéndolas. Se sale entre todos y todas”, finalizó. (DIB)