Qué dicha enorme cuando en una ciudad del interior hay excelentes artistas y el público los puede disfrutar. Esa necesidad que antes era bastante común de viajar tantos kilómetros para darse el gusto de apreciar un show musical de primer nivel, con guión incluido, afortunadamente, ya no está dentro de las prioridades. Porque a decir verdad, el espectáculo que Miriam De Luca y Leandro López Carando presentaron este sábado por la noche, en el Cine Teatro Marconi de Saladillo, acompañados por músicos virtuosos, bien podría estar en la cartelera de una de las salas más conocidas de la avenida Corrientes.
En efecto, la puesta en escena de Meeting at the Loft (Encuentro en el Altillo) dejó a todos boquiabiertos y con sabor a más. Y si el fin era sorprender, objetivo cumplido.
La respuesta la dieron precisamente los espectadores al final del show, pidiendo bises y aplaudiendo de pie.

No se trató de un simple concierto, sino que la propuesta fue mucho más allá. Cuando las telas se corrieron, el decorado era el de una típica obra de teatro. De repente, sobre el escenario, había muebles correctamente ordenados, instrumentos, discos, botellas con algunas bebidas espirituosas y muchas otras cosas que usualmente podemos hallar en el ático de una casa.
De pronto, dos amigos –Miriam y Leandro– irrumpieron en la escena y ahí se inició ese hilo conductor que llevó al público a sentirse parte de la historia que comenzó a narrarse entre canción y canción.
Con la música como principal protagonista, fueron desfilando distintos personajes que le dieron vida al relato.

La cuota de humor la pusieron Alejandro Monelli y Ezequiel Achilli, de Fashion Model’s, que encarnaron a dos simpáticos empleados de una empresa de mudanzas, encargados de ir desocupando ese melancólico altillo que alguna vez se usó como sala de ensayos.
Con Leandro en piano de cola y teclados, Miriam inició un recorrido que fue de menor a mayor, buceando por distintos géneros musicales: desde pop y rock hasta soul, blues, country y folclore.

Primero entró en escena la talentosa clarinetista Lorena Portilla y después lo hizo el maestro Federico England en saxo, que acompañó a la voz principal del show en varios temas y hasta se dio el lujo de introducir un solo extraordinario con “Libertango”, del genial Astor Piazzolla, recorriendo los pasillos del teatro.
Más tarde ingresó Alan Montero en guitarra y completaron el combo Adam Molfino en bajo y Gonzalo Rodríguez en batería.

Miriam –dueña de un registro vocal envidiable– interpretó letras maravillosas desde los ’50 hasta nuestros días. El repertorio incluyó canciones de Gustavo Cerati, Queen, The Beatles, Amy Winehouse y Jerry Lee Lewis. Melodías dulces, canciones con potencia instrumental y vocal y hasta ritmos contagiosos y bailables. Todo combinado con buen sonido, iluminación y vestuario.
De todo tuvo este show que dio qué hablar y que, ojalá, para los que se lo perdieron, tenga una nueva e impostergable cita muy pronto.