Lupus: qué es y cómo afecta la calidad de vida

Afecta mundialmente a 5 millones de personas, principalmente a mujeres en edad fértil.

El Lupus es una enfermedad autoinmune e inflamatoria que afecta a más de cinco millones de personas en todo el mundo, el 90% de los cuáles son mujeres en edad fértil. Debido a su complejidad, esta patología es de difícil diagnóstico y, dada su baja prevalencia, forma parte de las llamadas Enfermedades Poco Frecuentes (EPOF).

Normalmente, nuestro sistema inmunológico produce proteínas llamadas anticuerpos que protegen al cuerpo de agentes externos como virus, bacterias y gérmenes. En las personas que padecen enfermedades autoinmunes, su sistema inmunológico no puede distinguir entre estos invasores extraños y los tejidos sanos de su cuerpo y crea autoanticuerpos que atacan y destruyen el tejido sano. Estos autoanticuerpos causan inflamación, dolor y daño en varias partes del cuerpo.

Existen distintos tipos de lupus, dentro de los cuales se encuentran:

  • Lupus Eritematoso Sistémico (LES): es el más común. Puede causar inflamación en diferentes partes del cuerpo, especialmente en piel, articulaciones y cualquier órgano interno.  Aunque no es curable, es generalmente controlable.
  • Lupus Eritematoso Discoide (LED): afecta sólo la piel y a veces también las articulaciones.  En la mayoría de los casos, cursa en forma benigna y pocas veces se convierte en Lupus Sistémico.

Alejandro Arroyo, médico reumatólogo (MN 119095), señala que “en Argentina, se estima que entre 20.0000 y 22.000 personas conviven con lupus y, aunque los síntomas pueden variar de una persona a la otra, dentro de los más frecuentes se pueden identificar los siguientes”:

Cansancio

Entre el 50 y el 90 % de las personas con lupus identifican al cansancio como uno de los síntomas principales. Aparentemente, la evolución de la enfermedad, los trastornos de ansiedad o del sueño y la falta de vitamina D y de actividad física son los principales factores asociados.

Erupción malar

Es una erupción roja característica o un cambio en la coloración con forma de mariposa que puede producirse en las mejillas y el puente nasal, y suele manifestarse en alrededor del 50% de las personas con lupus. Puede permanecer durante días o semanas y suele ser dolorosa o pruriginosa. Las erupciones también pueden aparecer en el rostro y las orejas, la parte superior de los brazos, los hombros, el pecho y las manos, así como en otras áreas cuando se exponen a la luz solar.

Dolor e inflamación de articulaciones

Es muy común (90%) que las personas con lupus desarrollen artritis. Los síntomas más comunes son la rigidez y el dolor articular, generalmente en las manos y las muñecas. Estos síntomas pueden aparecer y desaparecer, así como pasar de una articulación a otra y suelen ser peor por la mañana. También pueden sufrir artralgia, es decir, dolor en las articulaciones sin presentar inflamación ni sensibilidad.

Si bien las causas del lupus siguen siendo desconocidas, los científicos creen que hay tres factores principales que pueden influir: la herencia, las hormonas y el medio ambiente. Dos de los factores ambientales son los rayos ultravioletas del sol (que pueden activar las células inflamatorias de la piel) y ciertos medicamentos. Además, las infecciones y el estrés pueden desempeñar un papel importante en el desencadenamiento de brotes en algunas personas.

¿Qué es la nefritis lúpica?

“La nefritis lúpica se produce cuando el sistema inmune ataca por error a los riñones, lo que conduce a la inflamación y, en algunos casos, daño posterior, ya que la inflamación de los riñones puede dañar su capacidad para eliminar adecuadamente los desechos de la sangre, mantener la cantidad correcta de líquidos corporales y regular los niveles hormonales para controlar la presión arterial y el volumen sanguíneo”, explicó Arroyo.

La nefritis lúpica se diagnostica en alrededor del 50% de los pacientes con LES y típicamente aparece dentro del primer año después del diagnóstico. Hasta el 60% de los pacientes con LES pueden llegar a tener nefritis lúpica durante el curso de su vida. Si no se trata, la nefritis puede llevar a insuficiencia renal. Hacerse los estudios correspondientes y recibir el correcto tratamiento lo antes posible es extremadamente importante. Las pruebas que se utilizan para evaluar y diagnosticar problemas renales incluyen un análisis de orina, análisis de sangre y biopsia de riñón.

“En el caso de la nefritis lúpica grave, existen medicamentos para que el sistema inmunitario reduzca o detenga el ataque a las células sanas, tales como corticoides orales y/o endovenoso, inmunosupresores, medicación biológica y hasta inmunoglobulinas”, detalló Arroyo. “También es útil el control adecuado de la presión arterial, la diabetes y los niveles altos de colesterol, y en casos más avanzados, la hemodiálisis y/o el trasplante renal, pueden ser una opción terapéutica”.

Aunque actualmente no existe cura para el lupus ni la nefritis lúpica, el diagnóstico temprano y el tratamiento médico adecuado pueden ayudar significativamente a controlar la enfermedad.

“La búsqueda de nuevos medicamentos, que sean altamente efectivos para el lupus en todas sus expresiones y con las menores reacciones adversas posibles, es un desafío para la ciencia actual. La buena noticia es que actualmente se encuentran en desarrollo nuevas moléculas para el tratamiento del Lupus y la Nefritis Lúpica, dentro del campo de la investigación clínica. Argentina, junto a otros países de América, Europa y Asia, posee varios centros de investigación y participa activamente en la búsqueda de nuevas y mejores terapéuticas, a través de ensayos clínicos en donde se incorporan voluntarios diagnosticados con esta enfermedad”, concluyó el médico. (DIB)