Acompañada por su equipo técnico, la directora provincial de Educación Inicial, Patricia Redondo, compartió una fructífera jornada de trabajo en el Jardín de Infantes N° 904 de Saladillo con docentes y directivos del nivel.
La inspectora jefa distrital, Fernanda Catullo, le dio la bienvenida e indicó que la Dirección Provincial de Educación Inicial sostiene el compromiso con la educación de las primeras infancias, a través de una política educativa de fortalecimiento y acompañamiento a todos los docentes en la enorme tarea de cuidar y de enseñar.
Como este año se cumplen 30 años de los jardines de infantes rurales (JIRIMM), se abordaron temas referidos a la rama.
Recordemos que la educación inicial de la provincia de Buenos Aires es pionera en este tipo de experiencias en el país. De hecho, es la única en América Latina con estas características.
“Mi presencia tiene que ver con recorrer, escuchar y estar cerca de niños y niñas, maestros y maestras, y repensar con ellos la tarea”, dijo Redondo.
La funcionaria sostuvo que durante la pandemia “la virtualidad fue un enorme desafío para todo el sistema educativo”, incluyendo el Inicial.
“Este escenario fue inédito, porque es la primera vez, en casi dos siglos, que todos los sistemas educativos se vieron obligados a una suspensión de clases presenciales y eso afectó a 1300 millones de escolares”, apuntó.
Aseguró que “en las zonas rurales, se hizo un tejido artesanal, tranquera por tranquera, con cuadernillos y materiales. Los niños y niñas formaron parte de ese proceso. Tuvieron voz”.
En cuanto al retorno a la presencialidad cuidada, Redondo afirmó que “tenemos que fortalecer las prácticas del lenguaje y la literatura. Necesitamos envolver a todos los niños y niñas en la literatura, que las familias narren mucho, que apaguen los televisores y los celulares y dediquen un momento a la lectura con ellos”.
Los estudios plantean que todos los niños inician su proceso lector, a partir de los 5 meses, pero eso depende si hay una voz que susurra o narra.
Otro tema a fortalecer es la matemática, pero no desde la memorización, sino desde las nociones del cálculo y las secuencias temporales.
Además, necesitamos que los niños y niñas jueguen: “Es fundamental hacer hincapié en el juego, porque ellos han tenido poca interacción en todo este tiempo de pandemia. La cuestión de los ambientes sociales y naturales es otra de las prioridades. Es importante que ellos conozcan los lugares que no conocen en su pueblo y que se vayan interiorizando”.
Los lenguajes artísticos también son importantes, al igual que la ESI (educación sexual integral), que sin dudas tiene “prioridad transversal”.
