“Entendemos el malestar de los vecinos, para no tenemos recursos para apagar ese tipo de incendio”, afirmó el jefe del Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios de la ciudad de 25 de Mayo Franco Giménez, al referirse a lo ocurrido durante este fin de semana en la chacra municipal ubicada detrás de la Planta de Reciclado, en el barrio La Morocha, donde un foco ígneo de enorme magnitud se generó en el basural a cielo abierto, consumiendo residuos y pastizales.

Lo cierto es que, desde el sábado por la tarde, un importante siniestro se originó en la cava donde están depositadas toneladas de basura. “Es una problemática de largos años. Siempre pasa esto y es muy complicado, porque en muchos casos se trata de desechos tóxicos que cuando se queman aumentan su nocividad. Es muy peligroso”, dijo Giménez al programa MdM de Fm 103.5.

Y remarcó que “hablamos de varios metros de basura que se va quemando, y la misma combustión incompleta es lo que genera el humo constante que, depende de cómo esté el viento, perjudica a la ciudad. Por eso, tenemos que ver cómo hacemos para planificar un trabajo a mediano y largo plazo, que nos permita solucionar este tema”.

Cabe destacar, este lunes por la tarde está prevista una reunión de Bomberos con la titular de la Agencia Ambiental municipal Lucía Dury, para abordar esta cuestión. “Se necesita infraestructura y dinero”, aseguró Giménez. Y recalcó: “No es un problema particular de este gobierno. Mientras no pasa nada no hay problemas, pero cuando ocurre como este fin de semana, no tenemos los medios para dar respuesta y la situación nos sobrepasa”.

“Ayer (por el domingo) recibimos varios llamados de vecinos con gran malestar grande hacia nosotros, porque piensan que no queremos ir. Pero no es así”, aseguró el jefe de Bomberos, estimando que “por metro cuadrado de basura necesitamos 200 litros de agua. Si pensamos que hay unos 10 mil metros cuadrados, entonces necesitamos 2 millones de litros de agua. Eso es imposible. Tendríamos que estar yendo del cuartel a la cava durante tres semanas”.

En este sentido, y sin contar con una perforación de agua en el predio –meses atrás había un tanque de agua de 12 mil litros, que permitían actuar inicialmente ante una urgencia-, “cuando nos avisan del incendio y ya está todo prendido es imposible de apagar”, señaló. “Por eso tenemos que trabajar de forma conjunta, planificando acciones que a futuro nos permitan resolver este inconveniente, dándolo una solución a los vecinos”.