“Güemes fue uno de los pioneros de la emancipación americana”

Por Carlos Gorosito

Hernán Figueroa Reyes cantante y compositor salteño escribió y cantó: “En tiempos en que la patria/necesitaba valientes/el gaucho Martín se puso a pelear/entrevera’o con su gente. Donde termina la calle/va levantándose el cerro/allí está Martín/don Martín Miguel/con sus cien gauchos de fuego”. Otro norteño, esta vez un jujeño, Jorge Cafrune cantó: “Con sus gauchos fronterizos,/El Norte guardó,/los tuvo a los godos locos,/Cuando les cayó./ Lárguese, pues Don Pezuelas,/Si quiere invadir,/Pues sabremos los salteños,/Vencer o morir.”

Dos grandes folkloristas se están refiriendo en una zamba y en una chacarera a Martín Miguel Juan de Mata Güemes Montero de Goyechea y la Corte, más conocido como Martín Miguel de Güemes. Hoy 17 de junio se cumple el 199 aniversario de su muerte. Él con sus gauchos y el pueblo supo defender con valentía nuestra soberanía y su accionar fue fundamental para garantizar nuestra independencia.

La Patria y América Libre reconocen en él uno de los pioneros de la emancipación americana. Había nacido en Salta 8 de febrero de 1785.A los 14 años, ingresó como cadete a la Compañía del Tercer Batallón del Regimiento Fijo de Buenos Aires, que estaba destacado en Salta. Su regimiento había sido convocado cuando los británicos se apoderaron de Buenos Aires en 1806.

El 12 de agosto de 1806 un buque inglés El Justina se acercaba a Buenos Aires y Santiago de Liniers ordenó neutralizarlo y un pelotón de los Húsares lo obligó rendirse, ese pelotón estaba al mando de un joven de 21 años: Martín Miguel de Güemes. En 1808 enterado de la muerte de su padre regresó a Salta. Producido el Movimiento de Mayo Güemes se movilizó para prepararle el terreno al ejército que había salido de Buenos Aires. En mérito a sus condiciones fue ascendido a Capitán. El 7 de noviembre de 1810 tuvo una destacada actuación en la Batalla de Suipacha.

En 1812 fue separado del Ejército del Norte por Manuel Belgrano, el Alcalde de Santiago del Estero Germán Lugones le informó al General Belgrano que una vecina santiagueña, Juana Inguanzo, casada con un oficial patriota, hacía vida de pareja con Martín Güemes, joven soltero de 28 años. Según le comentaba Lugones a Belgrano ello era muy conocido y comentado tanto en las tertulias de Salta como de Jujuy.

Según el relato del historiador Daniel Balmaceda, el General Belgrano mandó a llamar al Teniente Sebastián Mella, marido de Juana, y le preguntó por qué se había separado. El hombre le explicó que había intentado poner punto final a la relación de su mujer y Güemes, pero su compañero de armas lo había amenazado varias veces con matarlo. Belgrano consideró la posibilidad de hacerle un sumario a Güemes pero finalmente optó por enviarlo a Buenos Aires para que se presentara ante el Triunvirato y convenir así el servicio que debía seguir prestando a la Patria.

Este relato, me recuerda lo que siempre me decía mi Profesor de Instrucción Cívica en el Colegio Secundario, el doctor Juan Miguel Curto: que los Próceres eran seres humanos que cumplieron misiones extraordinarias, pero que tenían las mismas virtudes y debilidades que cualquier otro ser humano. Ese hecho creó un malestar entre Güemes y Belgrano, que luego superarían con el tiempo y serían grandes amigos. Hay quienes sostienen que si Güemes no hubiese sido enviado a Buenos Aires y hubiese seguido en el Norte otros habrían sido los resultados de Vilcapugio y Ayohuma (las derrotas de Belgrano en el Norte).

El salteño llegó a Buenos Aires en enero de 1813 y conoció al General San Martín y se hicieron amigos. El Libertador lo reincorporó al Ejercito del Norte y el 29 de marzo de 1814 lo llamó benemérito cuando derrotó a las fuerzas realistas en Salta. Con sus gauchos, Güemes tuvo a maltraer a los españoles liderados por Joaquín de la Pezuela, tanto en territorio salteño como jujeño sus acciones tuvieron el reconocimiento de las autoridades ya que el Directorio lo ascendió a coronel graduado del Ejército y jefe militar en Tucumán y Tarija.

El 6 de mayo de 1815 fue designado Gobernador Intendente de Salta, jurisdicción integrada entonces por las ciudades de Salta, Jujuy, Tarija, San Ramón de la Nueva Orán y varios distritos de campaña. Era la primera vez que las autoridades de Salta eran elegidas por los propios salteños desde 1810, lo que significó la autonomía de Salta, en franca desobediencia a la autoridad del Directorio.

El 15 de julio de 1815, Güemes contrajo matrimonio en la Catedral de Salta con Carmen Puch, miembro de una acaudalada familia con intereses en Rosario de la Frontera. Con su cónyuge tuvo tres hijos: Martín, Luis e Ignacio. La trayectoria de Güemes en la gesta de la Independencia fue vasta y destacada, su hermana María Magdalena Dámasa más conocida como “Macacha” fue una de sus grandes colaboradoras. La acción valerosa de Martín Miguel de Güemes y sus gauchos detuvieron seis poderosas invasiones realistas al mando de destacados jefes españoles este es un hecho a destacar.

El 24 de mayo de 1821 los miembros del Cabildo de Salta intentaron derrocarlo como Gobernador, el Cabildo estaba formado por las clases altas de la ciudad, cansadas de pagar las contribuciones forzosas que exigía Güemes, aprovechando la ausencia del caudillo (estaba en Santiago del Estero convocado por el Gobernador Juan Felipe Ibarra), lo acusó de tirano y lo depuso. Muchos de sus miembros se habían puesto de acuerdo con el general español Pedro Antonio Olañeta para entregarle la ciudad.

Güemes regresó y ocupó pacíficamente la ciudad contaba con el apoyo popular y perdonó a los revolucionarios. Esa fue la llamada “Revolución del Comercio”; aunque fracasada, dio inicio a un partido de oposición, conocido como “Patria Nueva”, en oposición a la “Patria Vieja”, es decir, al partido de Güemes. El general Olañeta ya estaba en camino a Salta y mandó al coronel José María Valdés, alias «Barbucho», por un camino desierto de la Puna, acompañado por miembros de la familia realista Archondo.

El coronel Valdés era un español nativo de Valencia, radicado desde hacía décadas en la región y con experiencia en arrear y robar ganado, oficios que le permitieron conocer múltiples senderos poco transitados. Valdés ocupó la ciudad de Salta el 7 de junio y Güemes salió a combatirlo y fue herido por una bala. Siguió a caballo y se dirigió a una hacienda a dos leguas de Salta. Pocos días después recibió a dos oficiales españoles que venían en nombre de Valdés y le ofrecieron trasladarlo a Buenos Aires para curarlo pero a condición de ordenar el alto el fuego contra los realistas.

La respuesta de Güemes fue convocar a sus oficiales a quienes les pidió que jurasen que nunca aceptarían ningún tipo de trato para beneficiar al enemigo en suelo patrio; pedido que fue respondido con el entusiasta juramento de los oficiales y gauchos salteños. Cuentan los historiadores que Güemes habría sido hemofílico, y cualquier herida le hubiera causado la muerte. De hecho, moriría desangrado tras varios días de agonía, causada por una herida que en condiciones normales habría sanado en poco tiempo.

El 17 de junio de 1821, hace 199 años, a los 36 años de edad moría Martín Miguel de Güemes en la Cañada de la Horqueta, cerca de la ciudad de Salta, yacía a la intemperie, en un catre improvisado por el capitán de gauchos Mateo Ríos. Luego su cadáver fue inhumado en la Capilla del Chamical. Martín Miguel de Güemes fue el único general argentino que murió en combate durante la Guerra de la Independencia Argentina. Ese 17 de junio, como lo canto Hernán Figueroa Reyes en su zamba, “El Gaucho Guerrero”: “Al alba se sintió un grito/desgarrando todo el valle/ murió don Martín! /¡murió don Martín!/ lo está llorando el gauchaje!”. A Güemes lo lloró la Patria, es uno de los héroes de nuestra Independencia.”

Carlos Antonio Gorosito, ex Intendente Municipal de Saladillo (1991-2015)