El lunes 22 de marzo, en el Día Mundial del Agua, marchamos contra la apropiación y mercantilización del agua. Y este miércoles 24 de marzo, lo hicimos contra la represión de ayer y de hoy. Tan diferentes las suelen presentar…
Y sin embargo, represión y apropiación fueron y son parte de los mismos proyectos.
No hay una sin la otra. ¿Qué cuenta, por ejemplo, Monsanto de las dictaduras latinoamericanas?
¿Qué cuenta Syngenta de su proyecto de fundar la República Unida de la soja en Latinoamérica?
¿Qué historias tienen las familias de la mayoría de pibes y pibas víctimas del llamado “gatillo fácil”?
¿Qué dicen las madres de Ituzaingó?
¿Qué sienten los pueblos originarios cuando se los acusa de extremistas y fundamentalistas por defender la pacha?
Se trata de marchar contra el proyecto capitalista, patriarcal, extractivista, de dominación de cuerpos y territorios, de control, de uniformar, de silenciar lo diverso.
Ayer, hoy, mañana y siempre. Fue Genocidio. Es Genocidio. Por todo eso hoy estamos acá.
Ecos de Saladillo
(Inspirado en reflexiones de Guillermo Folguera y la agrupación exaltación salud)
