“En 25 de Mayo hay un proceso de degradación de las instituciones de la democracia”

Por Hernán Ralinqueo

Subadministrador del Instituto provincial de la Vivienda

Ex intendente de 25 de Mayo

Todavía resuenan los insultos del funcionario que hizo de locutor en el Día de la Patria pero debo decir que no es nada nuevo ya que podemos recordar más de diez hechos peores que ese.

Claramente ante el repudio generalizado Balenzano terminó siendo el pato de la boda y el que tiró la piedra escondió la mano.

Es necesario volver al origen de la habilitación de esta forma de gobernar destruyendo todas las reglas y formas que hacen a la convivencia democratica.

Me llama poderosamente la atención que después de 18 meses de la transición de Gobierno todavía haya concejales que sigan repitiendo como loro las mentiras que dijo Egüen, una versión absolutamente falsa, alejada totalmente de la realidad.

Estos concejales son parte de la banda de mentirosos o han sido engañados, no descarto ninguna opción. Haciendo un repaso: habiendo transcurrido el tiempo que pudo hacer reflexionar a los funcionarios del gobierno libertario y ya sin esperanza que se dignen a contar la verdadera historia pongo a disposición los documentos que dejaron asentado como fueron los hechos.

Por otro lado creo que la Justicia ya tuvo el tiempo necesario para investigar los hechos y producir pruebas con la denuncia penal que realicé conta Egüen, Schillaci, Mansilla y Bustingorry a principios de 2024, IPP 09-00-013174-24/00.

Repasando los acontecimientos. La elección del 22 de octubre resultó empate técnico ya que había inconsistencias en varios resultados y en algunas mesas se rompía la tendencia electoral lo que ante tan pequeño margen podía torcer el resultado para un lado o para el otro. Por ello se activaron los mecánicos institucionales ante la Justicia Electoral.

Egüen se negó de manera contundente a revisar ese resultado, a abrir las urnas, por lo tanto sólo se cruzaron las actas electorales pero no se abrieron urnas.

Este proceso terminó el 9 de noviembre cuando se decidió no apelar la decisión de la Justicia Electoral pues mi espacio político había tenido un criterio diferente en el escrutinio de La Plata, no podía ir contra lo que se había dispuesto allí.

Inmediatamente ordené que se comunicaran con Egüen para comenzar la transición a través de mi secretaria y designé al Secretario de Gobierno, Nicolas Lorenzo, para que ponga a disposición toda la información y a los funcionarios de mi Gobierno todo el tiempo que se necesitara. Tuvo varias comunicaciones con las personas designadas pero nunca se acercaron al Municipio.

La respuesta fue nula, nunca respondió a los mensajes de whatsapp ni las llamadas.

Ante esa situación indiqué dejar todo asentado en un expediente administrativo (N 4118-03991). Allí se lo volvió a citar a través de la empleada de la Mesa de Entrada, que no tuvo respuesta. Agotada esa vía, se realizaron notificaciones en su domicilio en la que recibieron con insultos a los empleados y los amenazaron con despedirlos, se optó por citarlo como último recurso por Carta Documento. Nunca las respondieron. Algo inédito, pero así sucedió.

Los únicos que sí se reunieron con la Dirección del Hospital Unzué, por decisión propia y aún ante la negativa de Egüen y su mujer, fueron Moritán y García, quienes finalmente duraron sólo unos meses en el Gobierno.

Mientras esto ocurría y ellos continuaban con las denuncias, acusaciones y difamaciones propias de su show de la campaña pretendieron que renunciara al cargo de Intendente para hacer el traspaso de la administración a su manera.

El colmo de los colmos fue el 10 de diciembre. Egüen se negó a firmar las actas de transición que fueron llevadas por los funcionarios de ley al acto de asunción a quienes Schillaci y Piano no los dejaron entrar con los documentos, los libros y la Constitución de la provincia de Buenos Aires.

Se realizó un procedimiento de facto. Desde el 10 al 22 el Municipio estuvo de plano en la ilegalidad, no hubo Intendente.

Un show que hoy sigue lamentablemente porque indudablemente las personas no cambian. El poder las expone tal cual son, las dejan en una vidriera donde todos podemos observarlos casi todo el tiempo. Y lo que se ve es bastante fulero.