“Desde el día uno este bloque estuvo acompañando las presentaciones en la Legislatura bonaerense”, afirmó la edil del interbloque Frente de Todos Claudia Elosegui, al referirse al pedido del HCD para que el Municipio de 25 de Mayo adhiera a la Ley Provincial 15.188, por la cual se adhirió a la Ley Nacional 25.929 de Derechos de Madres, Padres e Hijos o Hijas durante el Proceso de Nacimiento y Parto Respetado.
Se trata de un proyecto de resolución iniciado por los bloques Juntos y Juntos por el Cambio, que en la última sesión ordinaria fue aprobado por mayoría a partir de un dictamen del oficialismo.
“Es una ley que en el 2020 estaba en pleno tratamiento en la Cámara de Diputados de la Provincia, y desde nuestras bancadas sacamos una resolución en este Concejo Deliberante solicitando el pronto tratamiento”, dijo. Y aclaró: “La norma provincial adhiere a la ley nacional, pero la amplía en cierta forma porque presenta un plan estratégico de parto respetado con todo lo que indica la última”.
Mediante la ley, la Provincia busca construir procesos de acompañamiento y cuidado de la salud libres de violencias. Algunos indicadores, que resultan del Sistema de Información Perinatal, permiten visibilizar la magnitud de los desafíos pendientes, observándose como ejemplo que en territorio bonaerense existe una tendencia creciente de cesáreas en el sector público; en el año 2011 se registró una tasa de 27% mientras que en el año 2019 ese mismo porcentaje ascendió a 36%.
Asimismo, en ese año el 52% de las personas que cursaron su primer parto le realizaron una episiotomía, una práctica que no está recomendada de manera rutinaria. Por otra parte, en relación al acompañamiento en el parto, si bien hubo un incremento del 92% en los acompañamientos en el período 2011 a 2019, en el último año registrado el 44% de las personas no estuvieron acompañadas en el mismo.
Desde el equipo de Salud del Gobierno provincial se presentó un guía de implementación del parto respetado que indica que “la transformación sólo es posible si es colectiva, mediante la circulación del poder-saber y el compromiso activo para la erradicación de las violencias. Proponemos un formato que nos interpele y nos invite a hacernos preguntas de forma conjunta, para repensar nuestro rol como equipo de salud, nuestra posición de poder y orientar nuestras prácticas para garantizar derechos, producir salud integral y acompañar deseos”.