Estaba escrito. Pero, pese al transcurso de los días desde el inicio de la obra para pavimentar el acceso Moisés Lebensohn en 25 de Mayo, el Gobierno municipal no avanzó en alternativas al desvío decidido a la altura de la angosta calle situada a la vera del cementerio Parque Paraíso.
El incesante tránsito de vehículos, y fundamentalmente de camiones, micros y maquinarias viajes, generaba que debieran realizarse maniobras para pasar cuando se encontraban en dirección contraria. Por la noche, todo se complicaba antes la escasa luz, más allá del peligro de la precaria señalización para quienes arribaban a la curva desde la ruta 46.
Ni siquiera con la lluvia de hoy determinaron que vehículos de gran porte utilizaran otra vía de comunicación. Por ejemplo, si es que vienen del “lado de Chivilcoy”, que continuaran por la ruta 51 hasta la rotonda de la 46, y desde ahí tomar hacia “la mulita”. Eran unos pocos kilómetros más. Otra alternativa era usar el ancho camino que se toma en ruta 51 a la altura de las vías del ferrocarril.
Pasadas las 17 horas, la Comuna emitió un comunicado por las redes sociales recomendando la utilización de la ruta 46 como vía de ingreso y egreso. Tarde. Porque la consecuencia lógica fue que el camino ya se había convertido en un fangal, generando que se encajasen varios autos.
Pasadas las 20, con casi media docena de vehículos varados, los que llegaban de uno y otro lado no tuvieron otra opción que buscar otro paso.
Así, la solución como se preveía terminó siendo un problema, porque ahora quienes residen en zona de quintas sí deberán realizar más kilómetros para dirigirse a la ciudad.
Superado el mal clima, deberá el Gobierno municipal no sólo reparar el camino, sino ofrecer alternativas -desviar el tránsito pesado, por ejemplo- para que nadie vuelva a sufrir los trastornos de anoche, cuando se observaron a personas empapadas, en medio del barro, enganchando autos a camionetas 4 x 4 para poder seguir su camino.
