Ecos de Saladillo rechaza posible acuerdo entre Argentina y China

“La instalación de megagranjas porcinas va en contra de la soberanía alimentaria”, indicaron.

Gabriel Arisnabarreta y Andrea Tortorolo

El grupo Ecos de Saladillo se pronunció hoy totalmente en contra del acuerdo que el Gobierno argentino pretende firmar con China, para instalar megagranjas porcinas en nuestro territorio.

“Es algo que nada tiene que ver con la soberanía alimentaria y más en medio de esta pandemia”, manifestó el ingeniero Gabriel Arisnabarreta, integrante del grupo ambientalista.

A través de una conferencia de prensa en la sede que poseen en la vieja balanza, en Mariano Acosta y Dr. Taborda, donde también funcionan todos los sábados la Feria Verde y la Gratiferia, los integrantes de Ecos invitaron a la sociedad a “pensar en las graves consecuencias ambientales” que este posible acuerdo con el gigante asiático nos ocasionará.

“Hay información que nos dice que todo lo referido a la ganadería intensiva, en particular la porcina, tiene una relación estrecha con el tema de las últimas pestes que azotan a la humanidad”, agregó Arisnabarreta, que estuvo acompañado por la ingeniera Andrea Tortorolo.

En este sentido, recordó que hace dos años China tuvo problemas graves con la denominada “peste porcina africana” y debió sacrificar entre 180 y 250 millones de cerdos. “No pudieron controlar el virus”, manifestó.

Al quedarse con menos cantidad de carne, China le propuso a la Argentina instalar el mismo sistema de producción intensiva que en ese país colapsó.

“Es todo lo contrario a la soberanía alimentaria. No podemos permitir que una potencia mundial nos diga qué tenemos que producir y cómo, sin tener cuenta a la gente y las consecuencias que esto trae aparejado”, señaló.

En efecto, indicó que la ganadería intensiva es un “foco muy grande” de contaminación y así quedó demostrado en Saladillo con los sistemas de engorde a corral. “Lo que propone China es igual o peor. Si dejamos que los feedlots proliferen, vamos a tener problemas muy serios. Estos problemas se vieron en Europa y ahora estallaron en China”, manifestó.

Arisnabarreta señaló que esta negociación con el país asiático “se manejó mal y de manera secreta” desde la Cancillería y el Ministerio de Agricultura, sin tener en cuenta al Ministerio de Medio Ambiente.

El acuerdo se iba a firmar el 1° de septiembre, pero se postergó para noviembre, a raíz de los reclamos. “El argumento del Gobierno es bastante insólito. Ahora agregaron un artículo donde dicen que se van a cumplir con las leyes ambientales. Es ridículo. Si existen leyes ambientales, es obvio que hay que cumplirlas”, ratificó.

“Todo esto nos ayuda a pensar el rol que hoy ocupan los países de Latinoamérica, que ofrecen sus territorios para ser saqueados. Lamentablemente, seguimos en el mismo rumbo, a pesar de la situación por la que estamos atravesando.”