Por María Laura Spagnolo
UCR 25 de Mayo
Hoy se celebra el “Día del Militante Radical”, en homenaje al natalicio de Raúl Alfonsín.
Si me preguntaran por mis orígenes en el radicalismo, podría recordar la interna por la Juventud Radical y la euforia de haber ganado por un voto.
Las múltiples reuniones, que además de muchas estaban llenas de fervor, discusiones encendidas, reproches a viva voz y la certeza de que después todos podíamos compartir espacios de recreación, porque lo que pasaba era en otro contexto. Y luego eramos, al fin y al cabo, un grupo de jóvenes que quería cambiar el mundo.
También recuerdo que siempre fueron más los hombres que las mujeres, que por razones que aún hoy desconozco es complejo lograr la participación femenina comprometida, apasionada y desinteresada.
Un tiempo lo dediqué a mi formación profesional. Y luego volví, ya en la Mesa de Mayores primero a escuchar, a intentar significar miradas cómplices y de las otras…
Despues fui vocal, y sentí que mi militancia pasaba a otro nivel, aunque también sabía que me faltaba mucho recorrido, porque la autocrítica me caracteriza desde siempre y tal vez a niveles que no debería, pero explayarme en eso sería perder el foco de esta columna.
La maternidad no logró claudicar mi pasión. Al contrario, creo que la encendió aún más, porque mi hijo es el “motor de querer”, como cuando integraba la Juventud, cambiar el mundo pero no solo por mí, sino por mi hijo también.
Actualmente soy secretaria general del partido y para mí los lunes cada quince días en el Comité, es una cita certera, como para muchos puede ser ir a correr.
No podría definir la militancia sin mencionar la utopía, las ganas de cambiar el mundo y también los múltiples sinsabores que acarrea, con la firmeza de que de ellos se aprende mucho muchísimo, aunque a veces duela, tensione…
La militancia va conectada, en mí caso, con el deseo. No podría ser otra cosa, no podría dejar de intentar modificar las cosas, como hay quienes no pueden no mirar a su equipo de fútbol.
Como dijo Alfonsín: “Los hombres pasan, las ideas quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva la vida política”.
A todos los que comparten este sentimiento, les deseo feliz día y ¡Adelante radicales!