Regresar el manejo de la salud exclusivamente a la órbita municipal es un grave error, es tirar por la borda un esfuerzo que se logró con gran dedicación y esmero a modo de ejemplo nacional.
La medida adoptada por el Gobierno Municipal representa un cambio en la administración de los recursos y la salud de los venticinqueños, un retroceso por el cual se está firmando el acta de defunción del sistema de salud municipal de acceso gratuito y universal en el partido de 25 de Mayo, bajo el lema de agilizar y desburocratizar.
La descentralización de la salud en 25 de Mayo fue un sistema pensado justamente, para que los Directores médicos y administrativos contarán con la competencia y los recursos económicos para gestionar los centros de salud del distrito, agilizando el proceso de toma de decisiones en la gestión cotidiana de los establecimientos sanitarios.
De esta manera, el Estado Municipal desburocratizaba el proceso de toma de decisiones en el ámbito de la salud, optimizando los tiempos de respuestas, ya que permitía resolver de forma rápida y eficiente las dificultades diarias de su funcionamiento.
Esa visión de la gestión pública de la salud en 25 de Mayo fue justamente la que descentralizaba y desburocratizaba la cotidianeidad del funcionamiento de nuestro sistema sanitario para poder brindar un mejor servicio, al mismo tiempo, que les proporciona a nuestros directores los recursos y las potestades para poder actuar rápidamente en la toma de decisiones.
Un sistema descentralizado de autogestión de la salud, que se financia a través de los recursos percibidos no solo por la Ley 10.559 de coparticipación provincial, por programas nacionales o provinciales, sino además por contar con un aceitado sistema de facturación a obras sociales que permitía el recupero de costos hospitalarios para invertirlos en mejoras de funcionamiento, premios a empleados y mantenimiento en los establecimientos sanitarios del distrito.
Estos recursos son genuinamente obtenidos toda vez que en el sistema público de salud se atiende a una persona con cobertura de la seguridad social. De este modo, cuando una o un paciente con obra social o prepaga se atiende en el sistema público es clave que lo declare para que, luego, esa obra social o empresa cubra los costos de su afiliado o afiliada.
La decisión de convertir a Salud en una Subsecretaría es cuanto menos alarmante. Es un área que tiene una gran complejidad operativa y reducir la autoridad relativa de esa área no puede significar nada bueno. La señal es que el Gobierno considera que no es un ámbito importante como para tener rango de Secretaría.
Con esta reducción a Subsecretaría de la salud, se pierde rango jerárquico, por lo que, habrá que ver qué ocurre en el funcionamiento cotidiano, ejemplo: el subsecretario/a recibirá instrucciones de su secretario, en este caso “la Secretaría de Gobierno”. Es decir, pasará a estar en un plano inferior todo el sistema de salud del distrito como la posibilidad de coordinación, articulación y complementación de los servicios de salud municipal.
Con la eliminación del ente de salud se pierde autonomía. Le va a costar a las autoridades sanitarias tomar decisiones sin consultar con la Secretaría de Gobierno, es decir en teoría no podría tomar decisiones por fuera de lo que decida la secretaria de turno en temas como el proceso salud-enfermedad-atención en el marco de los planes universales de salud, la atención primaria, las unidades sanitarias del distrito, los planes de maternidad e infancia, de vacunación, epidemiología, discapacidad y rehabilitación entre otros tantos temas.
Se relega independencia presupuestaria. En caso de que hubiese una orden del ejecutivo municipal que le ponga topes presupuestarios a cada secretaria, el ahora flamante subsecretario/a deberá moverse con mayor cautela para discutir el presupuesto para la salud del distrito, ya que debe entrar en una estructura piramidal de la que no era parte y en un rango inferior.
Tendrá menos peso simbólico, cuando el Gobierno relega el Ente Descentralizado de Salud al rango de Subsecretaría lo hace como una decisión simbólica, como una declaración de principios de su gestión, en consecuencia, no se pueden esperar cambios importantes.
Este tratamiento express que se da en el Concejo Deliberante local, muestra a las claras que estamos frente a un capricho que no fue abordado con la profundidad que semejante tema merece, que lleva consigo un plan de ajuste, que copia modelos de salud de otros municipios donde el acceso es arancelado, que cesa su estado de gratuidad; es decir estamos ante la inminente privatización del sistema de salud de 25 de Mayo.
Lo advertí con anticipación, opino con conocimiento de causa, no solo fue mi padre Miguel quien con la responsabilidad de intendente instrumentó la puesta en marcha del Ente Descentralizado del Hospital Unzué a mitad de la década de 1990, sino que yo en el rol de concejal y presidente del Concejo Deliberante defendí a ultranza esa autonomía, copiada por otros municipios de Argentina dada la sumatoria de beneficios consigo.
Diego Di Salvo, referente regional del Frente Renovador