“Decir que el camino es la dolarización es una falacia”

“Pensar que a través de la dolarización se va a resolver el problema de la inflación y del desempleo, y que se propiciará la inversión, es realmente un disparate”, sostuvo el dirigente cooperativo

Invitado por la Comisión de Asociados del Banco Credicoop de Saladillo, el dirigente cooperativo Gustavo Casciotti ofreció una interesante charla sobre dólares e inflación, termómetros de la coyuntura.

Llevada a cabo en el auditorio de la Cooperativa Eléctrica ante numerosa asistencia, durante su exposición el disertante analizó los ejes centrales de la situación económica y financiera, un tema que aqueja y preocupa en un año bisagra en el que están en disputa dos modelos de país.

En concreto, Casciotti sostuvo que dolarizar la economía en el marco de una alta inflación es un verdadero oportunismo. “Todos –no sólo los consumidores, sino también el propio Gobierno– estamos atravesados por el aumento constante de los precios de los productos y servicios, y no hay dudas que desde la oposición se utiliza la inflación para denostar la gestión en un país como el nuestro que no fabrica dólares, sino que se hace de las divisas en base a lo que exporta. Por lo tanto, resulta bastante ingenuo pensar que podemos llevar toda nuestra economía a los dólares”, manifestó.

“Pensar que a través de la dolarización se va a resolver el problema de la inflación y del desempleo, y que se propiciará la inversión, es realmente un disparate. Es una mirada muy necia y una verdadera falta de respeto. Una estrategia de estas características, implicaría dejar a millones de argentinos excluidos de la vida social y económica”, aseguró el consejero de la Zona II del Banco Credicoop.

Dos modelos

Casciotti indicó que nuestra moneda es el peso y tenemos que defenderla y cuidarla, desplegando todas las herramientas que estén a nuestro alcance para preservar su valor. “Para lograr eso, hay que controlar la evasión, evitar la subfacturación de las exportaciones y la sobrefacturación de las importaciones. Eso ayudará a preservar las divisas y nuestra moneda. Por lo tanto –insistió el disertante– decir que el camino es la dolarización es una falacia”.

En tanto, señaló que “hasta hace no mucho tiempo algunos quisieron hacernos creer que la causa de la inflación es de carácter monetarista, que la culpa la tiene el Estado porque emite dinero, porque los trabajadores piden aumentos de sueldo y porque el Estado es ineficiente y gasta demasiado”.

“La realidad es que no se ha podido demostrar que exista una correlación directa entre esos factores y el aumento de precios. Si bien las causas son diversas, hay al menos tres motivos que son fundamentales: uno son los movimientos especulativos claramente agitados en un año electoral; otro es la generación de expectativas que termina generando un espiral inflacionario; y la tercera es la puja distributiva, que es la capacidad que tienen los grandes formadores de precios que vienen fijando aumentos, independientemente de su estructura de costos”, cuestionó.

En este sentido, comentó que hace muy poco el cuerpo técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió un documento demostrando que la alta inflación que padece actualmente Europa fue generada en un 50 por ciento por las utilidades excesivas de los grupos corporativos.

A propósito del FMI, Casciotti manifestó que nuestro país no debería haber recurrido nuevamente a ese organismo financiero internacional, porque estamos realmente complicados.

“Es cierto que el Gobierno ha logrado reestructurar el esquema de vencimientos y ha despejado el horizonte, pero no se resolvió la cuestión de fondo. La deuda sigue existiendo y más temprano que tarde vamos a tener que darnos un debate para ver de qué manera podemos replantear las condiciones del acuerdo”, afirmó el dirigente cooperativo, y agregó que estamos en presencia de una deuda impagable. “El importe que ingresó de aproximadamente 44.000 millones de dólares es medianamente equivalente a la fuga de divisas en el mismo período”, precisó.

En este contexto, el país no generó nuevos puestos de trabajo, como tampoco inversiones ni obras de infraestructura.

Con respecto al futuro, a instancias de las elecciones que se avecinan, Casciotti sostuvo que estamos frente a dos modelos de país bien diferentes: Uno plantea la desregulación total de la economía, la liberalización de todas las variables y la mínima presencia del Estado, donde la industria nacional y el mercado interno son convidados de piedra. Y el otro resume ese colectivo de voluntades que, aun con las complejidades que tiene nuestro país, procura propiciar un modelo de desarrollo. Eso implica seguir priorizando a la industria nacional y al mercado interno, con la participación protagónica de las pymes, de los trabajadores y de la economía social. “El desafío es enorme y me parece que este último modelo es el camino para tratar de soñar con una sociedad mucho más justa y equitativa”, aseguró.

Consideró que las ideas que hoy propone la oposición están divorciadas de los intereses de los que trabajan, de los producen y de los que invierten y generan empleo.

“El grueso de las unidades productivas y comerciales del país son pymes. Y más allá de que algunas también incursionen en el comercio exterior, la mayoría de sus productos tienen como destino el mercado interno. Sin mercado interno, no podemos generar una matriz de desarrollo. A partir de ahí, se generan ventajas competitivas para poder incursionar afuera. La mitad del PBI del país es mercado interno. Si lo lesionamos y generamos salarios decrecientes que pierden valor frente a la inflación, no hay viabilidad de desarrollo”, puntualizó.