En el uso constante de los teléfonos celulares, las personas se exponen a radiación emitida por estos dispositivos. Desde microondas y televisores hasta los celulares, estos dispositivos se han convertido en una parte inescindible de nuestra vida. Si bien se ha testeado y probado, y no debería provocar un daño en la salud de los usuarios, en algunos casos puede ser perjudicial.
Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado que el límite de emisión de un celular debe ser de dos vatios por kilogramo. Si bien no hay dispositivos que superen ese umbral, hay algunos que están apenas por debajo.
El organismo sanitario que depende de la Organización de las Naciones Unidas ha explicado que los smartphones son elementos de radiofrecuencias de baja potencia, dado que se manejan con intervalo de frecuencias de entre 450 y 2700 MHz y su pico de potencia oscila entre 0,1 y 2 vatios.
En este sentido, una oficina especializada en Alemania publicó una lista con 3.807 nombres de celulares y el nivel de toxicidad en vatios por kilogramos. De hecho, el análisis se realizó con relación a la medida SAR (tasa de absorción específica), en el que 0.25 es ideal y cerca de 2 vatios por kilogramo podría comenzar a causar daños en la salud a largo plazo.
Los que más radiación generan
Los que menos radiación generan
La OMS explica que los teléfonos móviles son transmisores de radiofrecuencias de baja potencia, pues funcionan en un intervalo de frecuencias de entre 450 y 2700 MHz y tienen un pico de potencia que va de 0,1 a 2 vatios.
El dispositivo sólo transmite energía cuando está encendido. Asimismo, la potencia (y por lo tanto la exposición del usuario a las radiofrecuencias) desciende rápidamente al aumentar la distancia con el dispositivo. Una persona que utiliza el teléfono móvil a una distancia de entre 30 y 40 centímetros de su cuerpo estará mucho menos expuesta a campos de radiofrecuencia que quienes lo utilizan acercando el aparato a su cabeza.
Por tal motivo, navegar en internet, revisar redes sociales u otras actividades no deberían significar un riesgo, además de que al usar manos libres tampoco se estaría acercando el móvil a la cabeza. En ese sentido, sería mejor que al dormir la persona deje el móvil a por lo menos una distancia de 20 centímetros de su cuerpo.
La OMS señala que aunque se han hecho investigaciones en torno a los efectos nocivos de los celulares no se ha confirmado que tengan efectos perjudiciales para la salud de los usuarios.
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