Los Cantores de Saladillo volvieron al ruedo y lo hicieron en su mejor versión, presentándose en diferentes escenarios de la provincia de Buenos Aires. Walter Santolini, Fabio Reparaz, Daniel “Gallego” Robles y el cazonero Facundo Del Pardo son los integrantes de este cuarteto que hace honor a la música popular. “Nos gusta mucho lo que hacemos, que no es otra cosa que cantar folclore tradicional”, expresó Fabio.
La génesis de Los Cantores de Saladillo se remonta a casi un lustro, cuando Daniel vio en un video la actuación casera de Walter en una peña del taller de Pablo Massaccesi. El destino quiso que, tiempo después, se cruzaran en la famosa peña La Colorada y se sumara como bombisto.
Por entonces, solían tocar en distintas parrillas de la ciudad, hasta que se dio la posibilidad de debutar oficialmente como trío en un evento organizado por el Hogar de Ancianos.
La consigna fue siempre ir despacio, aunque a decir verdad en los primeros años el ritmo se tornó vertiginoso. Ya en 2018 tuvieron la inmejorable oportunidad de concursar en el Pre Cosquín y llegar al escenario mayor Atahualpa Yupanqui. “Un buen día estábamos ensayando y Fabio empezó a preguntarnos el DNI y los datos personales. Cuando quisimos acordar, estábamos anotados en el Pre Cosquín de Lobos. Fue una sorpresa”, contó Walter.
Durante el concurso, Los Cantores de Saladillo actuaron frente a un jurado de notables, como la gran Yamila Cafrune y el talentoso Jorge Milikota, obteniendo el pasaporte para presentarse en la ciudad cordobesa del Valle de Punilla.
“Yo nací en Monte Grande y en esa ciudad, cuando era chico, se hacía el Pre Cosquín, algo en lo que siempre quise participar y, por suerte, se me dio de grande”, comentó Fabio.
“Representamos a Saladillo en cada lugar”
Hace poco, el cuarteto actuó en Los Baguales de Roque Pérez; en Plumas Verdes, un lugar emblemático del folclore en la ciudad de Luján, por tratarse de la casa del gran Horacio Guarany; y también en Fiestas Patrias de Saladillo.
El viernes 12 de agosto, el grupo se presentará en vivo en una conocida peña del barrio porteño de Núñez, muy cerquita del estadio de River. “Cada vez que nos presentamos en algún lugar, representamos a Saladillo”, subrayó Fabio.
Además de la típica vestimenta gaucha, el grupo se caracteriza por respetar la formación original de tres guitarras y bombo. Su repertorio está compuesto por temas del cancionero folclórico tradicional, como zambas carperas, chacareras, escondidos, chamamés y canciones de la época de conjuntos que marcaron un hito en la historia musical, como Los Chalchaleros y Los Fronterizos.
Además de interpretar temas de consagrados cantautores, el grupo también canta sus propias composiciones, como la zamba “Mi Saladillo querido”, escrita por Fabio Reparaz.
Debido a que Facundo del Pardo, primera guitarra, estudia la carrera de
Educación Física y trabaja en la universidad, a veces se complica programar las presentaciones.
“Tratamos siempre de coordinar, para que podamos estar los cuatro”, expresó Walter, que aprendió los primeros acordes de guitarra a los 28 años de la mano de su esposa en Buenos Aires. Luego se perfeccionó con un profesor y en Saladillo tomó clases de guitarra con Miguel Angel Rial y de canto con Ana Cieza. Al poco tiempo lo conoció a Tomás Di Nezio de Del Carril y formaron el dúo Los Cantores del Horizonte, cuyo padrino era Gustavo Andrade. Por motivos laborales, tuvo que rumbear para otros pagos y el dúo se disolvió.
En su caso, Daniel empezó de chico: “Aprendí a tocar la guitarra antes de aprender a leer y escribir”, confesó.
Después de tomar clases con Miguel Angel Rial, lo hizo con Ernesto Falco que tocada en la orquesta de Barrales. Luego de vivir y trabajar como kinesiólogo unos años afuera, regresó a la patria chica para seguir estudiando con Miguel Rial en guitarra y Miriam De Luca en canto.
Fabio, por su parte, aprendió a tocar la guitarra a los 9 años en su Monte Grande natal. Con los años se hizo cantor solista y se radicó en Uribelarrea. Las vueltas de la vida hicieron que recayera en Santa Fe y más adelante arribó a Saladillo, ciudad en la que reside desde hace diez años. “Acá encontré un lugar que me dio la posibilidad de soñar”, confió.
Empezó a cantar en un lugar de Alvarez de Toledo donde hacían peñas y desde entonces no paró hasta que conoció a Walter Santolini y conformaron Los Cantores de Saladillo.

“El folclore tradicional es parte de nuestras raíces”
El conjunto ensaya generalmente en la semana, tratando de incorporar nuevas canciones –algunas no tan conocidas–, como “Aroma de mandarinas”, de Horacio Guarany.
“Sabemos que el folclore tradicional está un poco dejado de moda, pero no tenemos que olvidar que son parte de nuestras raíces”, destacó Fabio, tras recordar la emoción que vivió un presentador con alrededor de 20 años de trayectoria en Cosquín. “Verlos a ustedes fue como rememorar a Los Chalchaleros, nos dijo.”
Sin ir más lejos, cuando descendieron del escenario se acercó una persona del paraje El Trigo, partido de Las Flores, para contratarlos para la fiesta del pueblo al año siguiente.
“Cuando nos presentamos en Cosquín, la gente se puso de pie para aplaudir. Y pensamos que el folclore tradicional estaba resurgiendo. Pero no es así. Nos dimos cuenta que el jurado observa otras cuestiones. Busca cosas nuevas. De hecho, hoy está muy de moda el folclore fusionado”, agregó Daniel.
Independientemente de los shows programados, el grupo siente la necesidad de grabar un disco, proyecto que tarde o temprano se va a materializar.
“Desde ya que esto es un hobby, porque cada uno tiene sus ocupaciones y sus responsabilidades. No estamos dedicados exclusivamente a la música, pero disfrutamos mucho. Es nuestro cable a tierra y lo hacemos con mucho respeto. Cuando la gente nos felicita por las redes sociales, nos alienta. Y ni hablar de la familia, que es la que nos apuntala”, completó Walter.