El precio de la nafta y el gasoil aumentó este miércoles hasta un 10% en las estaciones de servicio de todo el país, al inicio de noviembre y luego de un conflicto entre las petroleras y el Gobierno por el abastecimiento de combustibles líquidos en las estaciones de servicio.
Sin embargo, para evitar que el ajuste en los surtidores sea mayor, el Gobierno pospuso el incremento de los impuestos que impactan directamente sobre el precio de los combustibles. De esa manera, los nuevos aumentos incidirán recién en febrero de 2024.
Desde la madrugada, las estaciones de servicio comenzaron a cambiar los precios que exhiben en sus carteles. En la Ciudad de Buenos Aires, YPF pasó la super de $ 248 a $ 272. La misma en Axion está a $ 282 y en $ 289 en Shell.
Los nuevos valores para YPF en el resto de los combustibles son la Premium a $349, gasoil a $292 y Euro diésel a $398.
Cabe recordar que a mediados de agosto, la secretaría de Energía y de Comercio Interior validó con las petroleras en la semana posterior a las PASO una suba de 12,5% promedio de los combustibles y el compromiso de no mover los precios hasta ayer como parte de las medidas de compensación por la devaluación del 22%.
Los precios de los combustibles aumentaron en el año alrededor de 76%, mientras que la inflación acumulada hasta noviembre es del 120%.
A cambio, el Ministerio de Economía les ofreció a la industria petrolera diferir los pagos de derecho de exportación (retenciones) hasta fines de marzo, para que les vendan a las refinadoras el barril de petróleo a US$56, muy por debajo de los US$85 al que cotiza el Brent, la referencia internacional utilizada en el país.
Paralelamente, el Gobierno volvió a postergar hasta febrero el aumento del impuesto sobre los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC) por novena vez seguida, para evitar aplicarle más presión a los precios.
“Con el fin de asegurar una necesaria estabilización y una adecuada evolución de los precios, resulta razonable, para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil, postergar hasta el 1° de febrero del año 2024 los efectos de los incrementos”, destaca el decreto 567/2023.
De esa manera, el Ejecutivo resolvió que la suba en los montos de las cargas fiscales que “resulten de las actualizaciones correspondientes al tercer y cuarto trimestres calendario del año 2021, al primer, segundo, tercer y cuarto trimestres calendario del año 2022 y al primer, segundo y tercer trimestres calendario del año 2023″ comenzarán a regir a partir del 1° de febrero de 2024.
Además, el decreto detalla que al tratarse de “impuestos al consumo, y dado que la demanda de los combustibles líquidos es altamente inelástica, las variaciones en los impuestos se trasladan en forma prácticamente directa a los precios finales de los combustibles”.