El papa León XIV celebró su primera misa en la Capilla Sixtina del Vaticano, rodeado por los cardenales, y en su homilía, afirmó que “se necesita una labor misionera donde es difícil predicar el testimonio”. Invitó a dar testimonio de la fe en ambientes donde “se considera una cosa absurda” porque “se prefiere la tecnología, el dinero, el éxito, el poder, el placer”. Y resaltó que “este es el mundo que se nos ha confiado, un mundo en el que, como tantas veces nos enseñó el Papa Francisco, estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe gozosa en Cristo Salvador“.
En el mismo lugar donde ayer fue elegido 267º Pontífice, y donde pronto se desmontaron mesas y enseres del Cónclave para dejar paso al altar y a las sillas de los cardenales, León XIV comenzó a hablar improvisadamente, en inglés, dirigiéndose a sus “hermanos cardenales” que le habían llamado “al ministerio de Pedro”, “a llevar la cruz y a ser bendecido con esta misión”. “Sé que puedo contar con cada uno de ustedes -dijo- para caminar conmigo mientras continuamos como Iglesia, como comunidad de amigos de Jesús, como creyentes para proclamar la buena noticia, para anunciar el Evangelio”.
El nuevo Pontífice recordó que Dios lo llamó, con su elección como nuevo Papa ayer por la tarde, a suceder a Pedro, y, como tal, “me confió este tesoro para que, con su ayuda, sea su fiel administrador en favor de todo el Cuerpo místico de la Iglesia”.
“Hay entornos donde la fe cristiana se considera absurda”
Luego continuó con su reflexión: “Incluso hoy, existen muchos entornos donde la fe cristiana se considera absurda, reservada para los débiles y poco inteligentes. Entornos donde se prefieren otras seguridades, como la tecnología, el dinero, el éxito, el poder o el placer”.
Son contextos, destacó, “en los que no es fácil predicar el Evangelio y dar testimonio de su verdad, donde los creyentes son burlados, combatidos, despreciados o, en el mejor de los casos, tolerados y compadecidos”. “Sin embargo, precisamente por eso”, dijo, “son los lugares donde nuestra labor misionera es desesperadamente necesaria”, enfatizó.
Durante su prolongado discurso, el papa León XIV explicó que “la falta de fe está acompañada de falta de sentido en la vida“.
Se refirió entonces al “descuido de la misericordia, de atroces violaciones de la dignidad humana, de la crisis de la familia y de tantas otras heridas que afligen a nuestra sociedad”. Observó además que “hay muchos ambientes en los que Jesús, aunque apreciado como hombre, es reducido a una especie de líder carismático o superhombre”.
Reconociendo que esto sucede “no sólo entre los no creyentes sino también entre muchos cristianos bautizados”, el Papa León advirtió que, como tales, “terminan viviendo, a este nivel, en un estado de ateísmo práctico“.
Entonces, dijo a los cardenales: “Este es el mundo que se nos ha confiado, un mundo en el que, como tantas veces nos enseñó el Papa Francisco, estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe gozosa en Cristo Salvador”. “Donde falta la fe, la vida pierde sentido”, advirtió el Papa.
La homilía del papa León XIV estuvo centrada en San Pedro, el primer Papa, recordando sus palabras del Evangelio según San Mateo: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”, para ilustrar ese patrimonio, hecho posible por la fe perseverante en el Señor, “que la Iglesia, mediante la sucesión apostólica, ha preservado, profundizado y transmitido durante dos mil años”.
Y dirigió su mirada a Cristo, a quien el mundo considera a menudo “una persona que carece totalmente de importancia, al máximo un personaje curioso, que puede suscitar asombro con su modo insólito de hablar y de actuar”, pero una presencia “molesta por las instancias de honestidad y las exigencias morales que solicita”, y por tanto a rechazar y eliminar. Mientras que la gente común no lo considera “un charlatán”, sino “un hombre recto, un hombre valiente, que habla bien y que dice cosas justas, como otros grandes profetas de la historia de Israel”. Y por eso le siguen “al menos mientras pueden hacerlo sin demasiados riesgos ni inconvenientes. Pero lo consideran sólo un hombre y, por eso, en el momento del peligro, durante la Pasión, también ellos lo abandonan y se van, desilusionados“. Pero “el patrimonio que desde hace dos mil años la Iglesia, a través de la sucesión apostólica, custodia, profundiza y trasmite” es la respuesta dada por Pedro a Jesús: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Mientras tanto, el programa del Pontífice contempla para el domingo a las 12 la oración del Regina Coeli desde la Logia central de la Basílica de San Pedro.
Además, el lunes a las 10, se reunirá en el Aula Pablo VI con todos los trabajadores de los medios acreditados ante la Oficina de Prensa de la Santa Sede que cubrieron los eventos de las últimas semanas.